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martes, 12 de noviembre de 2013

Sal, gel bactericida y mierda.


El gobierno mexicano lanza periódicamente campañas contra el uso masivo de sal y uno de sus anuncios dice: "Primero pruebalo, a lo mejor no necesita sal".
Y como soy muy zorro, muy viejo y todo lo he visto ya, he reflexionado.
La primera razón por la que cualquier provinciano palurdo de cualquier lugar del mundo consume sal, es porque es gratis, porque tiene el salero en la mesa del restaurante y le da por culo no gastarlo.
La otra razón es porque en su vida han comido bien y solo conocen lo que les hace su mamá, que se lo pone siempre todo muy salado para disimular lo mal que cocina. Por ello, estos catetos son desconfiados (porque como en casa no se come en ningún sitio) y le echan sal en las mismas cantidades que incultura tienen (y mala baba).
Eso me lleva al gel bactericida, la peña se unta con él a cada momento y en cada departamento oficial porque es gratis. Vamos, que la elegancia y la dignidad no es algo que le interese mucho al ignorante medio.
Y eso, a su vez, me lleva a evocar (también es invariable donde quiera que te encuentres) a los que llegan al trabajo y lo primero que hacen es cagar porque así ahorran papel y agua en su casa.
Ni yo mismo sabía lo íntimamente ligada que estaba mierda, sal y gel.
Deberían pagarme por analítico.
Y es que por lo visto, la incultura, el adocenamiento y la miseria, requieren mucha sal para poder soportarlas.
La sal de la vida... Y una mierda.

Buen sexo.

Iconoclasta