Mostrando entradas con la etiqueta cobardía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cobardía. Mostrar todas las entradas

sábado, 28 de diciembre de 2013

La caza de mi gata


Es la caza de mi gata. Ella no las mata ni se las come, solo mutila un poco a sus presas.
A veces mueren accidentalmente y la felina se aburre de la muerte. A veces los lagartos se quedan inmóviles porque saben que si no hay agonía o dolor, los predadores se aburren.
Sea como sea, ambos, cazador y presa, son más sinceros e inteligentes que la raza humana.
Pero sobre todo, más valientes.

Es importante ser valiente, aporta dignidad, aunque pocos sepan lo que significa ambas cosas.

Miau, miau...


Buen sexo.
Iconoclasta

jueves, 29 de agosto de 2013

Pon la otra mejilla



No me identifico yo mucho con esa mierda de poner la otra mejilla cuando te arrean una hostia. Soy un poco más valiente que eso. Por mucho que digan de la valentía del que se deja dar otra bofetada, no me convencen. Ni los judíos, ni los cristianos, ni Ghandi.
Cuando me dan una bofetada, no hay otra mejilla que valga. Escupo la sangre de mi boca, le digo que su madre es una puta y su padre un follagallinas.
Y si hemos de morir, se muere. Que así sea.
Adoro mis mejillas.
Y Jesucristo era un pobre loco al que todo salió mal.
INRI…

Buen sexo.
Iconoclasta