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martes, 9 de diciembre de 2014

Actos de fe

Los actos de fe son actos de cobardía o de simple pereza, falta de inquietudes.
Son esfuerzos por creer lo que no existe; pero conviene y ocultar la triste realidad para millones de seres.
La fe es una mentira millones de veces pronunciada.
De mentira pasa a mito. de mito a creencia. Y la fe la mantiene a lo largo de los siglos, amén.
Se crea en la infancia y se eterniza en la muerte, en las mentes de los que creen estar vivos.
Y no hay escapatoria, no hay arreglo para los actos de fe. Por más que se eduque a la peña, la cobardía gana. Es una cuestión genética.
Estoy abandonado.

La dignidad

La dignidad no tiene precio, es la razón por la que se vende a cambio de una adulación y unas copas en los sectores sociales más mediocres, banales y humildes. Esta prostitución es inconsciente para ellos, es su forma de vida, no conocen otra; de la misma forma que los perros se saludan olisqueándose los culos.
Y está bien, porque de alguna forma se ha de procrear la especie humana, ya que no existe suficiente materia gris para todos.
Está bien, me confieso indigno; pero no lo arregla.

domingo, 7 de diciembre de 2014

El Probador de Condones y las putas

Tras una velada nocturna acompañado por mis amigos, mi santa e Iconoclastito, mi hijo que ya tiene trece años. Hemos charlado animadamente sobre las putas, las mujeres de útero alegre y las que gozan de una galopante libertad sexual.
Y es gozoso que existan estas mujeres, porque tienes sexo fácil y cómodo todos los días con la más ligera insinuación.
Pero durante el debate ha salido a discusión la higiene. Cosa que algunas llevan más o menos mal y otras peor.
No es cuestión de mala fe, pero si sois mujeres de útero risueño con frondosa melena larga o tupida, erótica, sensual y llamativa; sea lacia o rizada, tendréis que entender que cuando os laváis esa preciosa cabellera, el jabón se queda en la cabeza y no llega al coño, creándose así un caldo de cultivo coñoniano donde se desarrollan hasta cangrejos carnívoros.
Un consolador envuelto con un buen estropajo, sería una baqueta eficaz para limpiar vuestro útero  feliz (como las cajitas del macdonals). Con ello mantendréis una economía más sana en el hogar al evitar gastar en antibióticos cada dos meses con vuestro marido que tiene que tragarse las infecciones de otros y las vuestras.
Y también la industria de los condones saldrá beneficiada, ya que no será necesario fabricar condones del grosor del neumático de un Ferrari Testarrosa.
Así que tercera llamada: más jabón al coño que al cabello. Que últimamente los condones que pruebo salen con pellizcos y siento cosas duras ahí dentro.
Feliz sexo, mis úteros felices.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Fuerza bruta

La fuerza bruta sirve para imponer la razón entre otras cosas; pero la fuerza bruta la aplican seres erróneos. Seres ignorantes.
La inteligencia no debería ser tan tímida, sus golpes podrían ser útiles y mortíferos.

Una delicatessen

Hay seres que crean escenas inusitadamente deliciosas y te transportan a un lugar y un tiempo que parecen cinematografía. Cualquier parecido con la realidad es real.
Hay tardes hermosas para la imaginación. Gracias.
 
"-Me gusta el vino, no para emborracharse,  pero me gusta poner música y tomarme una copa mientras tarareo y preparo algo.
-Está bien, me bajaré a la calle a fumar. Captado.
-Quizás con que te vayas más cerquita de la ventana o al balcón, aquí tengo balcón."

viernes, 5 de diciembre de 2014

El segundero



Que corra el tiempo, raudo y veloz. Sin pausa y sin piedad. Porque lo inmóvil, lo conocido y lo pasado es muerte del ánimo. No importa la hora, solo importa que el segundero avance, que no se detenga y me deje prisionero en un tiempo de mierda.

Un antibiótico barato

Cuando se incorporó de la cama, de su coño cayeron cuarenta monedas de un centavo entre restos de semen.
Los metió en su monedero, se puso el tanga con la etiqueta por fuera y se chupó los dedos.
En el coche, conduciendo hacia el trabajo se sentía inquieta. Levantó una de sus caídas nalgas y en el asiento había otra moneda mojada. La limpió con la boca y pensó que tenía que tatuarse en el vientre que solo acepta billetes. Eso sí, con un diseño original y delicado.
Y se tatuó un cerdito alcancía en su enorme y notorio monte de Venus para aprovechar la raja.
Se fotografió el coño, lo publicó y se sintió amada por todos, dichosa.
Pero el coño le picaba cosa mala, y se lamentó de que nada le salía bien. Así que lo publicó.
El coño le siguió picando pero se reía... Y al cabo de un rato, dejó de rascárselo.
Las redes sociales son antibióticos baratos para seres baratos.