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sábado, 29 de febrero de 2020

29


Hoy, último día de febrero, no destaca en nada del resto de días del año.
Para algunos será exótico que el mes acabe en el número veintinueve.
A mí me suda la polla.

viernes, 28 de febrero de 2020

Usureras Jodemos (antes Unidas Podemos y PSOE), el soviet supremo renacido



Las de Unidas Podemos junto con las vendidas del PSOA (antes PSOE) deberían forma un único partido: UJ (Usureras Jodemos).
Y es que quieren sodomizar de nuevo a quien le gusta fumar; pero no a los alcohólicos que, aunque mueran y asesinen y maten a más gente en el coche, también les votan más y además sin cerebro, sin necesidad de convencer a los borrachos.
La vieja usurera y sodomita Unión Soviética, dejó una profunda huella en las tácticas de control de la población, gracias a alcoholizar a los deprimidos productores o ciudadanos.
Usureras Jodemos, están enfermos de avaricia por acaparar dinero al precio que sea.
Unidas Podemos y PSOA (antes PSOE), con toda probabilidad están buscando también, un terrenito en Siberia para usarlo de gulag contra todos aquellos que insistan en fumar y no en embriagarse.
La ambición de los políticos está llegando a límites distópicos, como el querer robar a los padres la educación de sus hijos.
Cuanto más viran a las viejas izquierdas,  más cerca están de resucitar un nuevo estalinismo con los apellidos: buenismo y fariseísmo.
De alguna forma tenían que amortizar sus chalets con piscinas en urbanizaciones de lujo sin tocar a sus borrachos votantes.
Que hijos de puta… 



CoronaVirus


Los chinos apenas viajan, tienen mucho trabajo copiando pantalones y bolsos; en cambio los yijaidistas son omnipresentes como dios ¿No será el CoronaVirus un designio de Alá?
Teorías de la conspiración aparte, claro 🤓🤓😛😛😬😬🤤🤤😈😈

jueves, 27 de febrero de 2020

Corazón rasgado


Lo he observado con cierta lástima; pero sin extrañeza.
“Otro…” Y he aspirado profundamente el tabaco para meter dentro algunas tristezas que pretenden salir con un lamento que me avergonzaría.
Los corazones se rasgan por infartos, por falta de amor, por demasiado amor o por aburrimiento.
Solo sé que al final hay una senda para los corazones moribundos, como la de los elefantes en la selva.
Como los gatos que se esconden para morir.
Pobrecitos todos… Los corazones y los gatos que mueren tan solitos.
Si llegas entero a tu lugar de muerte, dile al mío si queda algo de él; que lo recuerdo con cariño.
Bye, corazón.
Donde quiera que vayas.

Necesidad de ti


No recuerdo el momento preciso en el que dejé de amarte para, ya necesitarte como el aire.
No pienses ni por un momento que llevo esta escafandra autónoma por cuestiones carnavaleras, esnobistas, de moda o estéticas.
Y deja de reírte, me queda poco oxígeno en la escafandra.

miércoles, 26 de febrero de 2020

Ley de la oferta y la demanda


Siempre ocurre lo mismo por carnaval, navidades, días patrios o celebrando los cuarenta latigazos a Cristo y sus tres clavos y otras monsergas de santas semanas: baja el precio del kilo de idiota.
Es buena temporada para comprar combustible barato.
Para más información, ver la ley de la oferta y la demanda.

martes, 25 de febrero de 2020

El presunto cambio climático


Los cerezos y ciruelos empezaron a florecer la semana pasada.
Desde hace tiempos inmemoriales, de vez en cuando oigo la misma canción: este año se ha adelantado la primavera.
El presunto (como dicen de los delincuentes en la tele) cambio climático es tan cruel… No tiene piedad con sus floraciones tempranas, es lo más triste que he visto en mi vida.
Es que me parto…
Y ahora un maratón televisivo para recoger dinero y ayudar a esos pobres cerezos que han florecido tan pronto, que cada cual afile su tarjeta de crédito.

Las peligrosas ilusiones


La ilusión es tan fascinante y creativa como peligrosa. Es durísimo sumergirse en la imaginación y emerger en la mediocridad completamente seco, sin rastro alguno de lo que has disfrutado dentro de ti.

Inacabado


Se gastan los lápices sin poder escribir lo que falta.
Y acumulando…
Es desesperanzador.

sábado, 22 de febrero de 2020

Tengo imán para los retrasados


Tras subir en bicicleta una buena montaña de pronunciadas cuestas, respirando el olor a podrido de los abonos y sorteando con elegancia y habilidad las plastas de esa mierda que un tractor ha dejado por todo el camino, me encontraba fumando lujuriosamente en la primera cima del recorrido.
Al menos el cigarrillo me consolaba de ese acre olor a mierda.
Y estaba tan deliciosamente solo que hasta me sobrevino una erección.
Pero como nada es perfecto, sube un ciclista y sin un saludo, se detiene frente a mí para decirme que no deje la colilla, que me la guarde porque se quedaría allí por mucho tiempo.
Yo le digo que por supuesto la recogeré y pienso: “Vete ya a la mierda, hijo de puta retrasado mental”.
Y es que además de tener imán para los subnormales en los lugares más insospechados, se junta el hecho de que todo tarado de pocas luces se cree representante de la autoridad y protector de la comarca del Ripollés y del planeta en general.
Así que pensando distraídamente en el asqueroso ciclista, me fumo seis cigarros más, cuyas colillas dejo cerca de mis pies para luego reciclarlas si me saliera de la polla.
¿Cómo se tratan los casos en los que te encuentras con un imbécil?
Pues bien, recoges el montón de colillas, las colocas en mismo centro del sendero formando una montañita en miniatura y te meas en ellas para que se degraden antes y por supuesto, se apague alguna que aún pudiera estar encendida.
Así que luego me monté en la bici pensando: “Espero que te guste hijo de la gran puta. Y fóllate a tu madre cuando llegues a tu choza de mierda”.
Y así gestionas la imbecilidad de un ciclista retrasadito y climático como la puta que lo parió.
Es que me dan unos disgustos…
Lo que me temo es que la próxima vez, en lugar de estrategias ecológicas, deberé usar la violencia para quitarme al subnormal de encima.
Si es que me lo paso bomba.
Qué mala suerte tengo, cojones.
Y lo mal que lo podría pasar el ciclista ecológico de mierda, ni se lo imagina.

desOrganización de un escritor metafísico y atormentado


jueves, 20 de febrero de 2020

La aberración móvil humana


Caminan por la calle y hablan, y hablan, y hablan con sus ojillos felices…
Sienten miedo de estar solos.
Tienen un miedo que se cagan a la soledad y a no pertenecer a un numeroso rebaño de borregos.
Nadie vale tanto como para romper mis momentos de soledad.
Amar no es ser un cobarde dependiente.
Y la amistad es la otra panacea para combatir la soledad. De hecho, la amistad siempre ha sido uno de los vínculos emocionales más hipócritas.
Se suele acabar la amistad cuando follan.
Madres y padres aman demasiado, asfixiantemente a sus hijos. Es la consecuencia del miedo a quedar solos y desvalidos en la vejez. Invierten en un amor desmesurado, incluso pornográfico para ganarse un cuidador en la senectud.
Todo ello salta a la vista cuando los observo hablar a algo con unos plásticos en las orejas. Como locos en sus paseos de permiso del manicomio.
Teléfonos móviles que tranquilizan y controlan a los cobardes, creando dependencias emotivas y físicas entre iguales. Entre esa mezquindad humana que no sabría usar su libertad aunque la desarrollara.
Porque la libertad no te la da nadie, la creas tú.
Humanos castrados que llevan constantemente a alguien como compañía en su teléfono.
Debería desarrollarse una app para toda esa horda de timoratos que necesitan el contacto humano constante. Una app para que jamás mueran solos y dignamente.
Merecen morir con una app de muerte dulce y arropados por cientos de amigos.
Morir como han vivido: pobremente y sin valor.
Morir es como el cagar, jamás debería hacerse en compañía.
Hay animales pequeños y grandes que viven y mueren dignamente, solos y sin demasiados ruidos, sin demasiadas amistades de favor e interés. Sin amantes cura-soledad.
La raza humana siempre ha sido cobarde, salvo algunas raras excepciones. Es lógico que hoy día escriba y describa toda esta miseria pusilánime y borreguil.
Los humanos deberían avergonzarse de su cobarde degeneración.
Y yo debería no sentir tanta hostilidad hacia ellos; pero nada es perfecto.
La vida es una mierda, y los cobardes deambulan con su estúpida sonrisa en el rostro votando a quien no deben.

Pezones y premios


Hay actos inexplicables como rascarse la cabeza si no hay piojos o sarna.
Como beber vino y decir que es sangre.
Como estallar en mil pedazos para ganar una entrada al paraíso.
Pero nada hay tan enigmático como mi tartamudeo cuando estoy frente a ti.
Si tienes frío, podrías ponerte un jersey y no esa blusa fina, me pones nervioso.
Me gusta cuando las mujeres visten ropas livianas en invierno porque parecen aquellas viejas radios analógicas con sus notables mandos de volumen y sintonía.
A mí me llaman gusano airadas por mis divagaciones, con los pezones duros. Bien, por algo será.
No tengo nada en contra de algunos anélidos. Soy más de odiar las ratas, los cerdos solo los como.
Cada naturaleza ha de ser consecuente consigo misma.
O sea, si escribes idioteces, te pueden dar el premio Nobel según el humor de los borrachos del jurado. Es algo que ocurre con frecuencia.
También hay que saber dejar de escribir en el momento oportuno para que no te premien, además, con un premio Planeta; que también es lo suyo de suculento.
No sé que quiero decir con suculento, solo sé que es hora desayunar y yo aquí escribiendo estupideces.

Pequeñas proezas


Pequeñas guerreras que le arrancan al invierno cansado, colores y calidez, arrinconándolo contra las cuerdas.
La primavera, cuando llegue, les va a tener que pagar una prima por productividad.

miércoles, 19 de febrero de 2020

Solo un poco cansado


Estoy un poco cansado de caminar y apoyar el peso de la vida en la pata oxidada.
No quiero decir agotado, o que me duela como si el puto dios estuviera ahí dentro de la carne creando cosas horribles, como si yo fuera una zona de ensayos nucleares.
Jamás me agoto.
Repito para que me oigan los del gallinero que escupen como si nada sobre los de la platea: Solo moderadamente cansado.
Mi vanidad es absolutamente incombustible.
Que tenga o no razones para ostentar tamaña vanidad, es algo que no considero.
Así que el que busque explicaciones, las puede ir excretando por el ano; sé que es redundancia (lo de excretar y ano); pero es la esencia de la retórica. Y si no, escuchad a todos esos maricones políticos (todos).
Hijos de puta… Ellos tampoco se cansan de dar por culo con las dos putas piernas sanas.

domingo, 16 de febrero de 2020

Fotografiando a Dios.


Dejemos aparte el asunto de la vanidad de Dios, lo que importa es que Dios existo.
A mi divina espalda, la foto de un ángel roto hace eones. Fallos que ocurren durante el proceso creador, nada que lamentar.
Y el gato… No os engañéis, es la Virgen María, es obvio. ¿Acaso no se nota la pureza en su blanco y su absoluta indiferencia hacia Dios por estar ya habituada a lo divino? Las transmigraciones a veces resultan un poco extrañas; pero siempre es divertido dejar algo al azar. El judío errante anda por Ámsterdam, en cuanto huele a diamantes, se me vuelve loco.
La táctica del diablo es negar su existencia; pues bien, yo no soy el diablo.
Y ahora id a fumar maría que hará más digerible lo que en verdad os muestro.
Ego os absolvo y dominus vobiscum, aborígenes míos.

sábado, 15 de febrero de 2020

Demasiada vida da dolor de cabeza


¿Es que no se cansan de brotar, de vivir?
Yo ya estoy cansado no quiero más decrepitud y más de lo mismo.
Brotar es una putada, cuando ya respiras aliviado de que sea el último invierno; vuelta de nuevo. 
No chingues…
Demasiada vida da jaqueca.
Ya me quedan muy pocos inviernos.
No se quejan las plantas porque no tienen boca; pero deben estar tan cansadas como yo. Salta a la vista, nacen de lo retorcido, de lo negro y viejo. Que no se sientan orgullosas.
Es un inconveniente ser demasiado fuerte, los tormentos duran eones.
Voy a por aspirinas.
Bye.

Verde que te quiero verde


Lorca pensaba distinto en el asunto del verde.
Yo digo que lo radiactivo es hermoso, que promete mutaciones y un color que combate victorioso a los grises.
¿Y si los árboles han pasado una noche de juerga? Los excesos de clorofila vomitados explicarían mi fiebre.
Lorca era un romántico, yo solo un fracasado que observa el mundo con mirada torcida.
Y aún así, le arranco belleza a puñetazos.
Hago lo que puedo, cielo, por darte un lugar hermoso.