jueves, 2 de abril de 2020

Nada de mascarillas: balas


En la tele aparecen imágenes de personal desinfectando con pulverizadores fijos y de mochila, coches, mobiliario urbano y zonas de recogida de basuras.
Dicen que si no se respira el virus que llega a través de la partículas que expulsa un contagiado, no pasa nada. Así que no sé para qué cojones desinfectan coches y basureros si nadie se va a entretener en pasar la lengua por un contenedor de pescado podrido. Ni va a besar el parachoques de un coche. Y aún así, como esas cosas no respiran (pero sí piensan más que muchos humanos) sería difícil contagiarse, puesto que lo chupado, se caga.
Entonces ¿por qué todo ese teatro?
Tal vez no sea teatro y no han confirmado un ataque terrorista biológico a gran escala.
Sea como sea la película, la estafa global del coronavirus funciona perfectamente.
Dentro de pocas semanas conseguirán llegar a la meseta de estabilización de contagios y empezará más relajadamente la penuria económica de cientos de miles de desempleados, y las fuerzas represoras, tan aclamadas con los aplausos de las ocho de la tarde por los reclusos desde los balcones y ventanas de sus casas; deberán aporrear, disparar y encarcelar a miles de reses sin dinero y sin comida que se pasará por el culo la puta cuarentena, esta gran estafa.
Y así, podré salir a la calle sin llamar la atención a fumar entre el ruido de las algaradas y y los disparos.
Y ya puestos, me llevaré mi super cámara fotográfica para documentar el emocionante momento de esta sociedad decadente y la mierda que contiene.
La estafa del coronavirus es vulgar y torpe; sin embargo, dado el nivel intelectual de la chusma (que consume mierda como Operación Triunfo y telerealidad basura de cocineros y modistillas) es suficiente para que se coma toda esa farsa sin rechistar y con mantequilla de cacao untada en el culo.
Los politipuercos de la globalización son una banda organizada de trileros con maneras de telepredicadores.
No son necesarias mascarillas, son superfluas. Lo realmente necesario son balas de punta hueca 357 para responder a los balazos de la policía cuando llegue el esperado momento.
Y ahora me voy a masturbar, es un asco ser tan macho, un sinvivir.

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