jueves, 6 de febrero de 2020

Muerte en frasco


Si la muerte se vendiera, la gente la compraría por simple vicio. Con toda probabilidad, para usarla contra sus más antipáticos seres.
Con esa esperanza la comprarían, pensando que al abrir el frasco y siendo de su propiedad, serían inmunes. De la misma forma que son inmunes al hedor que despiden ellos mismos y con el cual, impregnan el aire que he de respirar.
No me gusta la caridad; pero con gusto le regalaría muerte a todo aquel que no tuviera dinero para comprarla.
Hasta arruinarme.
Serían pocos desgraciadamente; pero siempre es seguro invertir en muerte.

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