Como si no existiera violencia, robo, vandalismo, fallos de transporte, suciedad y precariedad de la vivienda; el ayuntamiento de Barcelona se dedica a trabajos más amables, menos peligrosos y más recaudatorios como multar juguetes como patinetes y con el tiempo, a los playmobil también.
Se dice despectivamente que España es diferente; pero Barcelona con este ayuntamiento usurero y su dejadez de obligaciones, no es diferente; es simplemente corrupto e inoperante, al más puro estilo mexicano.
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