lunes, 2 de septiembre de 2019

Una transduda (Masturbation items 2/2)


¿Desarrollan las putas intolerancia a la lactosa? ¿Se les debe reconocer como enfermedad laboral? Hoy me siento especialmente solidario con las hermosas putas y sus bocas tan insaciables, como su hambre de billete fácil.
A propósito de putas, en estos tiempos que corren, no es extraño que tomes una revista, veas a una tía buena y te masturbes con absoluta devoción hasta que la mujer de la foto se emborrone un poco con todo ese semen deslizándose por su cuerpo.
Y ahora viene lo jodido: ¿Y si te das cuenta tarde de que es un transexual? ¿me convierte esa paja o chaqueta en maricón? No es justo, es una trampa vil. Si lo hubiera sabido me hubiera masturbado con Campanilla, aunque no tenga ingles ni surco entre las tetas.
Mierda, ya podrían tatuarles alguna señal para que no nos hagamos pajas humillantes; dan ganas de meterse en la ducha llorando en un rincón con las rodillas contra el pecho y los brazos rodeándolas, como en las mejores películas de mujeres violadas, depresivas, tristes o sin dinero. Con el agua cayendo por mi cabeza, por mis huevos, por mi culo, por…
Otra vez divagando, qué cruz…
No soy un cabrón, solo estoy acosado por una sociedad rara y deprimente.
Nací buena persona, lo juro por los dos rabos de Snoopy.
Pero idiota tampoco soy, así que me dije: que le den por culo a tanto mojigato de mierda, parece que mean miel, joputas...
E hice lo que debía: Ora et scribere (es que lo de “labora” me da alergia).

No hay comentarios: