Me parece bien que los israelíes pretendan hacer suyo el Jordán.
No me convence nada, nada, nada el islam. Cuanto menos espacio tengan para vivir, mejor.
Les gusta mucho degollar, mutilar y prohibir todo.
Sobre todo, esa paranoia por disfrazar de fantasmas a las mujeres y quitarme así el placer de una erección al verlas sin mordazas y con todas sus curvas esplendiendo.
Los judíos israelíes no son particularmente diplomáticos; pero lo remedian con cojones.
Tanto que si yo fuera musulmán pensaría: qué hijo putas con más huevos…
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