domingo, 25 de agosto de 2019

La divertida solidaridad


Me es absolutamente imposible conciliar la solidaridad con los festivales musicales donde todo el mundo disfruta cantando y bailando a costa de las víctimas de una catástrofe, del hambre o de un gobierno asesino.
Tanta alegría y banalidad tiene una hipócrita e incluso indecorosa actitud. Una excusa oportunista y sórdida para la diversión.
Hay un tufo, una frecuencia irritante en ello que me hace rechinar los dientes. ¿De verdad puede creer alguien que las cosas se arreglan bailando y que las víctimas se sienten mejor por ello, por ser causa de diversión por mucha solidaridad que digan que es?
La civilización está alcanzando unas cotas tan altas de decadencia que ha conseguido arrasar la fuerza creadora y libre del individualismo, la madurez y la valentía; pero sobre todo la dignidad.

No hay comentarios: