martes, 30 de julio de 2019

El odio y los playmobil


Si no tienes a quien odiar, eres un ser triste. O con muy mala suerte.
Odiar es magia.
No existe nada tan intenso y energizante. Hay tanta gente en el mundo, que es imposible no hacerlo. De hecho, su gran abundancia, per sé es causa ya de odio.
Es imposible no odiar.
Y no es solo una cuestión de probabilidades o estadística. Es una constante universal.
A menos que seas un playmobil, un muñequito panadero o un pequeño jesucristo de belencito de juguete.
Los muñecos no saben de constantes universales, estás fuera del juego.
Solo eres de plástico si no odias algo.
El odio es solo para humanos forjados.
Los gurús del buen rollo son maricones, no son sintéticos. Solo cretinos en el mejor de los casos.

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