miércoles, 19 de junio de 2019

Palomas y cojos


Si fueran inteligentes y menos perezosas, las palomas deberían huir de los humanos; pero parecen perros que se acercan a cualquier lisiado como yo para mendigar algo de comida.
En cambio, unos metros más allá y en vertical, hay un río en el que los patos graznan como enfadados y no dejan de meter la cabeza en el agua en busca de comida.
En la naturaleza hay de todo, como verdaderos vividores y sufridos currantes, como en la humanidad.
Yo solo soy un lisiado, no picoteo cosas.
Entre vagos y tullidos de todas las especies nos entendemos y conocemos. 

No hay comentarios: