miércoles, 24 de abril de 2019

Desde mi celda


Tras esta santa semana que he estado recluido en una celda de un monasterio, pagando una buena pasta por un catre frío y duro y unas comidas misérrimas; he reflexionado con la calma de la contrición: ¿Es Dios hermafrodita? ¿Satisface así a machos, hembras y a las ambigüedades de género por igual?
Pero… ¿Cómo gestionar y comprender eso tan raro que es la Virgen: mujer, madre con un himen inmaculado, perdidamente pobre y que en algún lugar de la biblia perdió misteriosamente a José su marido, para mortificarse por su hijo con una parafilia sospechosamente fetichista? Pobre mujer… Es algo que no da sosiego. No da paz alguna, a menos que estés realmente enfermo.
Bueno, al final, tuve que dejar mi celda en el monasterio porque tras tres larguísimas y claustrofóbicas (nunca mejor dicho) horas, ya estaba curado de todo mi estrés si lo hubiera tenido. Lástima que pagué por adelantado cuatro días de pensión completa.
Soy tan inquieto…

No hay comentarios: