lunes, 31 de diciembre de 2018

Gorrones 2019


Si a un perro, aunque sea tuyo, le intentas quitar su hueso, te gruñirá amenazadoramente (síííí, claro… Ahora sale el que dice que su perro jamás le gruñe, que es la personificación de Cristo y será bendecido por su absoluta bondad. No te jode…). Exactamente de la misma forma que yo haría si toma alguien mi cajetilla de tabaco para fumar a mi costa como si fuera un puto colega que conozco de toda la vida.
Lo mejor es hacer caso del dicho: Cada uno en su casa y dios en la de todos.
O sea, solo dios puede robarte tus cosas; pero los humanos, nasti de plasti.
Aunque he de aclarar que mi casa es pequeñísima, solo quepo yo y en el horno duerme el gato. Lo siento mucho; pero dios no cabe.
Y a los gorrones muertos de hambre, que les den por culo en estas fechas y las venideras. Siempre, hasta que sangren.

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