domingo, 4 de noviembre de 2018

Irritación cerebral


Siento una tremenda comezón cerebral. No puedo asimilar esos rebaños de 10, 15 o 20 individuos humanos de todo rango de edad que pasean juntos por las montañas y los caminos.
Me chirrían los engranajes del hostil pensamiento.
Llamadme cabrón si os sentís mejor, yo lo haría si alguien me faltara el respeto como hago con la ralea humana, sinceramente.
Me la pela. Escribo y sufro/disfruto sin pudor alguno. Me joda o no.
No puedo aceptar vivir en una ciudad apestado todo el día por la chusma y cuando llega un momento en el que podría disfrutar de libertad, seguir con ellos, con esa plaga.
Qué cobardes son.
Qué poco valen como individuos.
Es lógico que cuando un pastor llama a las reses a manifestarse, acudan en grandes manadas adonde se les manda.
Solo sé que respiro aliviado de estar solo, de respirar libre soledad y ser absolutamente independiente de cualquier ser humano.
Si fuera como ellos y en algún momento de lucidez me diera cuenta de mi gregarismo bovino y cobardía, me suicidaría.
Los grupos y colectivos, son la humana indignidad de la sociedad. Solo el individuo es digno y susceptible de no ser exterminado.
Deberían leer esto con una navaja en la mano y clavarla profundamente en el cuello. Los cortes en la muñeca no suelen ser muy efectivos: cuando cortas un tendón (entre ellos están las venas) duele un millón. Es insoportable y el corte no acaba de profundizar
No es digno ir en rebaño en plena naturaleza, es el mayor acto de cobardía que se comete cotidianamente en todos los putos fines de semana.
El mejor día de la semana es el lunes. Los animales y los árboles respiran aliviados de tanto cobarde ramoneando en grupos gritones y sin elegancia.
Los lunes hay un silencio especial que no se parece en nada a ningún otro día de la semana. Mis pensamientos parecen hacerse audibles fuera de mi cráneo y me gusta esa potencia intelectual.
Por primera vez en mi vida, adoro los lunes desde que soy libre.
A veces me retrato a mí mismo para asegurarme que no soy como ellos y que realmente estoy solo y no loco.
Espero ansioso que llegue mañana y su gélido silencio.

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