viernes, 6 de octubre de 2017

El miedo de la palabra


Nadie habla de lo que teme, porque al hacerlo se podría materializar.
Como puntas afiladas de la reja de un inofensivo jardín cuando miras arriba.
Cuando ese temor a pronunciar lo temido se ha instalado, es porque lo malo es inevitable.
Lo peor va a ocurrir, o ya está ocurriendo.
Es tarde.

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