miércoles, 4 de enero de 2017

Tan desnudos


Temo por los árboles cuando quedan tan vacías sus ramas.
Tan desnudas...
Temo que no despierten, que se queden siempre en ese invierno crudo y desalmado.
Y temo sobre todo, que mueran sin darse cuenta, como durmiendo.
Porque yo no quiero morir así. Quiero sentir la muerte aunque duela.
Y quisiera en primavera, dar una palmada a sus troncos y que hojas vivas lluevan sobre mi cabeza.
Y clavar mi navaja en su corteza, tallar mi nombre y mi hostilidad, y acercar el oído para escucharlos gemir.

2 comentarios:

Ame dijo...

He tenido el mismo deseo, desde hace más de trece años, aunque duela.
Nunca tan bien expresado, me encantó, Pablo
:)

Iconoclasta dijo...

Trece años son muchos, ojalá ya no, Ame.
Me encanta la peofundidad de tu pensamiento.
Besos.