lunes, 5 de diciembre de 2016

Deseos navideños


He visto a un tipo abrir la funda del teléfono a una velocidad de 5 cm/min.
Y como si tuviera el tamaño de un campo de fútbol, ha dado vueltas por la pantalla con un tembloroso dedo índice.
Sacaba la lengua y se le caía un fino hilo de baba, como una telaraña repugnante.
Lo sé porque durante más de quince minutos, la pantalla ha iluminado su rostro.
Y he pensado en la selección natural y la extinción de la especie humana.
Soy tan cándido en navidad...
No existen reyes, ni santaclaus, ni la puta que los parió a todos.
Mi deseo jamás será cumplido.
Decepcionado, he seguido mi camino después de haberle metido el teléfono en la boca rompiendo sus dientes. Lo he tirado el suelo y he pisado con fuerza el teléfono que sobresalía hasta encajárselo en la garganta. Sus ojos se han derramado en sangre.
Si no haces tú el trabajo nadie lo hará por ti.
Ni en navidad.

No hay comentarios: