sábado, 22 de octubre de 2016

Una sonrisa congelada



A veces soy absurdo y me da por pensar que si no existen platillos volantes: ¿Cómo es que tengo uno en mi frente?
Entonces por algún error en mi sistema nervioso, se me queda congelada una estúpida sonrisa en mi bello rostro.
Intento desconectarme con el mando a distancia y ocurre que:
1. No tiene baterías.
2. El ovni interfiere los infrarrojos con un escudo de fuerza.
3. No tengo cerebro alguno que apagar. Estoy vacío.
Lo que ha empezado como una broma acabará mal. Porque una navaja de afeitar no necesita baterías para borrar una sonrisa de fracasado.
¿A que soy gracioso de mierda?

No hay comentarios: