jueves, 7 de julio de 2016

La predadora hacendosa


Teje tan bien la muerte...
Los micromundos son apasionantes, son hipnóticos.
Tanta perfección, con serenidad. Todo ese trabajo para matar, para cazar.
Pienso en que no he construido, que no he creado nada en lo que llevo viviendo. Y en lo que me queda, no lo haré.
Ya es tarde y la muerte está cerrando sus últimos hilos en torno a mí.
Tal vez son pequeños mundos imperceptibles para que no nos suicidemos por vergüenza de ver lo que no haremos jamás.
Mientras ella, la hacendosa asesina teje y caza, los humanos solo envidian y parasitan a otros como ellos.
Hay más inteligencia en una de las patas de la araña, que en cualquier gran ciudad del planeta.
No es una opinión, es un hecho.

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