miércoles, 16 de diciembre de 2015

Voluntarioso


Me han dicho muchas veces que soy inteligente.
Fantásticos amigos y familia que me quieren demasiado, no son parciales, solo buena gente que pretende consolarme de mí mismo.
Es mentira, es un engaño que rompo cada vez que puedo, porque cuando hurguen en mi cerebro más de diez minutos o tal vez menos, se darán cuenta que mi memoria es poco funcional y que las matemáticas provocan serias lesiones en mi tejido neuronal.
Solo soy voluntarioso, con ganas de aprender usando como buenamente puedo un cerebro demasiado pobre.
Siempre he prestado mucha atención por mi poca afortunada inteligencia. Y he adquirido conocimientos sobre la conducta del ser humano, cualquiera que sea su grado de idiocia.
Lo que he aprendido es que no hay genios, solo estulticia en una amplia gama de potencias, formas, colores y sonidos. Y que los idiotas suelen tener una suerte que no es tal, simplemente se congregan, hacen clubs donde se reúnen los iguales y ya se sabe que en el reino de los cielos, el tuerto rey.
O el ciego que más idioteces dice por segundo.
Sencillamente, de la misma forma que de pequeñitos se ponían uno al lado del otro para mear y competir quién hacia el arco más amplio, ahora lo mismo hacen al follar, aunque sea con la misma puta. La meten todos en el mismo sitio o todas se meten la misma tranca. De ahí lo peligroso de esta endogamia, la diversidad genética se va a la mierda.
Como soy voluntarioso, no me meto en esos selectos círculos y voy por libre, ya que tengo que optimizar mi cerebro continuamente ante su poca operatividad. Y eso requiere cierta disciplina y concentración: elegir muy bien con quien hablas y a quien envías a un planeta libre de oxígeno para que le hable a las frecuencias perdidas del universo.
Este voluntarioso método de gestión de mi mini-cerebro es aplicable a todos los grupos de idiotas de la sociedad, sean políticos, militares, empresarios, religiosos o filósofos.
Es tan eficaz como cosmopolita.
Porque la estupidez no conoce clases, razas, ni religiones.
Nada nuevo bajo el sol. Viajar te instruye quieras que no.
Gracias por lo de inteligente, mi gente, pero os aseguro que si tuviera un mínimo de inteligencia, estaría viviendo en otro planeta y en otra dimensión lejos de ésta.

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