jueves, 13 de agosto de 2015

Las tiras cómicas de Cristo


"Amaos los unos a los otros como yo os he amado".
Amaos los unos a los otros es de una exquisita y lujuriosa ambigüedad si te van las orgías y metértela o meterla indiscriminadamente y sin escrúpulos a cualquier ser humano sea cual sea su condición y raza. Cosas con las que soy harto cuidadoso.
Se subestima la elegancia.
Y si Cristo amó así, es razonable que le dieran unos buenos latigazos por extender con alegría toda suerte de enfermedades venéreas.
Y como ya tengo mis años y la inocencia es algo que uso como higiene íntima cuando me falta papel higiénico, Cristo es la caricatura del ser humano y por ello, hablaba mucho más de lo que hacía. Menos potencia sexual, chaval, que no nacimos ayer.
Lo que no sé aún, es como ha conseguido la peña tomarle la palabra por el lado cursi, como si Cristo entre las piernas no tuviera pene ni testículos, si no un par de palomas blancas. Y el más grande misterio es como han llegado a hacer sagrado el acto de la orgía global y sin embargo, condenar la poligamia. Creo que aún hay generaciones afectadas por la sífilis que propagó Cristo y sus proxenetas, de ahí la absurda forma de interpretar sus sentencias de cultura de calle. Eso y la deficiencia congénita para leer y comprender que forma parte de la idiosincrasia de los seres humanos (supongo que el eufemístico pecado original).
Una cosa es de reconocer, quien quiera que inventó a Cristo y sus sentencias, es de admirar. Porque solo es  comparable al Quijote en verbigracia y sentencias inútiles, pero rimbombantes.
También están los hermanos Grimm, pero como son más recientes, tardarán un poco más en convertirse en culto.
¡Ah...! "Creced y multiplicaos" (falta el: hijos de puta. Al final de la frase).

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