sábado, 1 de agosto de 2015

El perro mojado


No quiero dormir ahora que llueve, porque la lluvia cura el pensamiento recalentado.
Un gran perro mojado sacude su pelaje y nos baña con su inhumanidad.
Y durante un tiempo nos contagia de esencia sin malicia.
Es grande como una constelación, tal vez sea realmente El Can Mayor.
Parece sonreírnos juguetón.
Me encanta que ese hermoso animal salpique las calles, mi piel y mi pensamiento.
Necesitamos algo de magia y bondad. Porque está visto que no existe ser ni forma humana suficientemente inocente que nos pueda contagiar.
¿Oís los truenos?
Está ladrando de contento...
Los dioses se equivocaron de formas y maneras.
Ladra, precioso.

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