jueves, 2 de julio de 2015

Solo unos segundos


Déjame arrancarle un lamento a la tierra antes morir.
No está bien negar el derecho al resarcimiento.
Oye Muerte, a cambio acepto horas de dolor y agonía. Tú me das unos segundos para hundir mis dedos en la tierra y arrancarle puñados de sangre y luego sufro lo que quieras.
Déjame ser pecaminoso, si eres católica, Muerte.
Delincuente o sociópata si eres laica.
Unos segundos para bailar con ella que la amo, lenta y suavemente, marcando el ritmo besando su boca. Como si no fuera a morir.
Unos segundos para ofender a la humanidad indiscriminadamente, porque todos somos iguales, a mí me trataron como a todos. Estas cosas se aprenden, los jueces aplican sus leyes y yo las mías, no tiene nada que ver con la justicia.
Quien quiera justicia de mierda, que te pida morir entre lamentos de dolor, como yo.
No quiero morir en paz, quiero dejar desolación. Es una justa retribución por toda esta bastarda mediocridad que he tenido que tragar año tras año de vida.
No sumará más allá de un minuto, y te ofrezco a cambio mi sufrimiento, prometo dar alaridos desgarradores. Sé que te gusta, podrás hundir tu óseo dedo puntiagudo en mi podrida rodilla, te juro que no lo resistiré.
Te doy consejos y soy un tipo que cumple.
No te puedes negar.
¿Cuántos te piden horas de sufrimiento? La gente pide algo rápido.
Aprovecha mi oferta. Aunque, qué te voy a contar a ti de tiempos limitados.
Vamos, Muerte, déjame unos segundos de vitalidad para hacer eso.

No hay comentarios: