martes, 28 de julio de 2015

Gatos y muerte


Me tranquilizan los silenciosos y veloces juegos de los gatos entre sí. Tan serios y a veces tan infantilmente juguetones. Precioso.
Los animales son buenas personas.
Y cuando juegan tan silenciosos, pienso en el exceso de ruido que hay en el mundo.
Mis oídos están duros y secos, los matices son solo sonidos demasiado graves que me causan confusión y dolor de cabeza.
Es hora de morir, es romántico; pero no es valiente. El deseo de morir nace de una cobardía ¿un cansancio, tal vez? Sea por pereza o por cobardía, no es elegante vivir así. Un poco de dignidad no puede hacer daño.
Los seres se cansan y mueren. No siempre se cansan porque son viejos.
Ocurren cosas.
Y lo que es peor: no ocurren.

No hay comentarios: