martes, 7 de julio de 2015

El calor de las paredes


Es hora de no dormir, cielo.
La temperatura es demasiado elevada en la civilización; unos centímetros más allá, tras la pared, el aire se mueve fresco.
No me he levantado de la cama para escribir palabras de amor, me he levantado para decírtelas en la oscuridad del planeta.
La noche es dulce con la piel, nos está llamando.
Quisiera tomar tu mano, salir de estas paredes y besarte y hablarte en susurros envueltos por el consuelo nocturno.
Vamos, amor, no importa que no durmamos, importa que seamos dos en el silencio y en la serenidad.
Siento escalofríos solo de pensarlo, mi piel está ansiosa.
Perdamos unas horas de sueño y ganemos una íntima soledad envueltos en oscuridad y en palabras habladas como secretos.
Cuando llegue el día, estaremos cansados y somnolientos y reiremos nuestra locura nocturna, lo que hicimos como antiguos seres de otros tiempos sin paredes.
No necesitamos más, ni lunas, ni auroras, ni amaneceres espectaculares.
Solo que la noche nos envuelva. ¿Te imaginas cómo quedará grabada en nuestra historia esta noche?
Venga, levanta ese precioso trasero y salgamos de la civilización que nos asfixia, la noche no será eterna por mucho que te amo.
Sé que estoy loco, pero valió la pena perder la cordura por ti hace mucho.

No hay comentarios: