domingo, 14 de junio de 2015

La paz y el descanso eterno


Nada está bien, siempre se acaba haciendo algo que no gusta a alguien.
Y lo divertido es que no tendría que gustar o disgustar a nadie. Hay un problema de vanidad y egoísmo en esa gente que sufre por cosas ajenas a ellos.
Se empeñan en decir lo que es y no es normal y quién representa su sagrada normalidad.
Solo que esa "normalidad" es la base primitiva de cerebros simplones que nacieron para comer, follar, cagar y dormir. Son los que dan la mayoría de votos a los grandes partidos políticos y su condescendencia a los tiranos genocidas.
La envidia de la libertad suele correr bajo su piel como larvas comiéndolos.
La única solución es la absoluta soledad, si consigues eso, te fumas cigarros en tumbas que no importan, que solo son cómodas.
La paz no es el descanso eterno.
La paz es que lo muertos no tienen nada que opinar, se acabó su tiempo y yo, lo agradezco.

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