sábado, 16 de mayo de 2015

Un gen mutante decepcionante


Soy la constante e insistente decepción del mundo y de mí mismo.
Es esta cochina fuerza mía que no se gasta y me arrastra a maravillosos seres especiales con una ilusión ilógica.
La falta de lógica lleva al exceso del amor, entre otras cosas. Y los excesos se resuelven con fulgurantes hastíos.
Y yo dale que te pego, duro, tenaz.
Me auguraron que con la edad me tranquilizaría, ahora tamborileo con los dedos en mi mandíbula viendo una foto mía porque no tengo otras que mirar, y pienso en que la psicología está muy poco cultivada, que no acaban de acertar en prever comportamientos. Los estereotipos están bien como citas de tertulias, pero son completamente futiles.
Soy un isótopo radiactivo a punto de fusión.
Será mejor que alguien piense en una gruesa funda de plomo para hacer mi ataúd, o moriréis todos.
Porque la vejez parece que llegará ardiendo.
Qué mala suerte ser un mutante tan patoso, admiro a Lobezno y sus garras eficaces.
Los X-Men reniegan de mí.
Hijo putas corporativistas...

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