miércoles, 4 de marzo de 2015

Calor y humo


Y el planeta sigue su curso, invariable.
No da respiro con sus equinoccios. Sin que a nadie le importe demasiado este calor.
El sudor gana terreno día a día y el humo del tabaco no ayuda a combatirlo; pero es mi voluntad y mi control. Aunque me joda.
Podría ser feliz; pero el planeta me arranca gestos hostiles, no estamos de acuerdo. Yo tengo mis razones, él solo tiene inercia.
Debería ganar yo, como debería morir antes quien lo merece.
Debería llover, también.
Qué ingenuo...

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