miércoles, 18 de febrero de 2015

Películas

Hay cuatro tipos de películas:
Las malas, que pasan directamente a ser piratas en paquetes de 10 unidades y suelen servir para espantar palomas y otras aves en los balcones.
Las buenas (o populacheras como Bob Esponja, la película), que pasan directamente a piratas, pero clones ¡ojo!. La peña las compra como si fueran donuts.
Y están las incomprensibles, que se convierten con el paso de los años en películas de culto. Nadie las compra; pero luce tener una en las estanterías. Da caché al negocio o al salón de casa.
Luego están las ponográficas que nadie ve más allá de tres minutos si no está realmente enfermo; pero forman parte de la mitología etílica y narcótica de las clases más bajas.

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