sábado, 7 de febrero de 2015

La imagen de Dios

La imagen de Dios debería ser la de una vaca con unas gigantescas ubres de las que quieren mamar millones de becerros, salpicados sus pelajes de excrementos. Está bien, a Alá que lo representen con una cabra: idénticas tetas, idéntico número de reses, igual de sucias.
Solo que en vez de mugir, balan. ¿Sí?
Pues pasemos a la canción del cinco que en el culo te la hinco (era necesaria esta ordinariez para que algunos sonrían, los asuntos de dioses suelen crear llagas. Todos sonríen cuando aparece la palabra culo o pedo).
Esto de distinguir a las reses, son pequeños detalles que en un cerebro que funcione medianamente bien, sería innecesario; pero no me fío de la funcionalidad sináptica de los adocenados, crédulos, fanáticos y talibanes.

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