Realmente lo que se hace, es dejar que el trabajo lo haga el que llegue el último.
Y el último no necesariamente es tonto ni la madre Teresa de Calcuta.
Y los viejos mueren con cara de idiotas abnegados y con el único mérito de la desidia perfecta.
Idioteces dichas por idiotas. Citas. Reflexiones de zambombazo urgente. Miserias y más mentiras. Vamos, la misma mierda de todos los días, pero más breve. Que hay prisa y prisa y pagan una mierda por soportar tanta banalidad.
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