domingo, 8 de febrero de 2015

Desequilibrio

Hay un extraño desequilibrio, no acaba el planeta de afianzarse bajo mis pies.
Se remueve inquieto, incómodo.
Lo siento en ese temblor que reverbera en mis rodillas.
Y caminar se convierte en algo incierto, la dirección varía constantemente.
No es mi culpa que la tierra tenga miedo a mis pasos firmes y el apocalipsis que sueño ser.
Me pide que sea un poco más cuidadoso con sus rocas.
Me pregunto si se refiere a que las abrace.
Si insiste, le confesaré que mi pensamiento es atroz; pero mi sexualidad no incluye la litofilia. Le amenazaré con mis brocas y agujerearlo para enseñarle el verdadero dolor. Algo aproximado a una rodilla enferma sometida a un temblor de tierra escala tres millones richter.
Hay días que no se puede pasear tranquilo por la cobardía ajena, aunque sea la de una piedra gigantesca.

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