martes, 23 de diciembre de 2014

Se acabó la suerte

"Allá hay un buen rincón para morir, mi amor.
Ya lo hemos hecho todo, lo hemos logrado todo.
No necesitamos nada más.
Muramos juntos, mi amada. En la oscuridad, donde nadie nos encuentre; hasta que nuestros huesos se confundan.
No dejemos que nada ni nadie contamine o estropee lo que hemos creado.
He tenido tanta suerte amándote, que sé que se ha agotado.
Ven conmigo, mi amor, también te veo cansada.
Amar así es agotador.
La muerte es lo único que aún está de nuestro lado".
Ella aferró con una débil mano la de él.
"Lo sé, mi vida. Se acabó la suerte.
Voy contigo a la oscuridad".
Bajaron las escaleras rotas de un mausoleo en ruinas, se abrazaron en la oscuridad y murieron en un suspiro. Con un suspiro de amor.
Cosas que solo ocurren en la mente: amores míticos, de leyenda.
Tengo mi propia mitología.
Mi secreto, una ingenuidad atesorada desde el principio de los tiempos. Porque el mundo comenzó a existir cuando nací.
Un consuelo oscuro que me lleva a soñar con ser un épico y denodado amante.
No puede hacer daño una triste ilusión.
No debería.
Ellos sí que son valientes.

No hay comentarios: