miércoles, 3 de diciembre de 2014

La piel del diablo

Yo digo que no existe nadie que sea de la piel del diablo, porque el diablo fue despellejado hace milenios por la humana miseria. Murió ahogado entre mediocridad, tanta que pensó que el mal para el hombre sería siempre algo mejor que tener que soportarse a sí mismo.
No quedó ni la piel del diablo.
En cualquier caso, hay mejores frases para calificarse como intuitivo o sagaz.
"¡Qué hijo puta!" o "¡Cabrón!" es mucho más acertado, una sintaxis más correcta, una semántica más realista.
Y si lo dice quien esperamos, no constituye ofensa alguna.
Si se lo dice uno mismo, no vale, nos sobrevaloramos inevitablemente.
El mundo y yo somos dos vecinos mal avenidos. Ella, la vida, me cobra una renta abusiva y yo tiro mis colillas a su patio como venganza.

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