jueves, 16 de octubre de 2014

Dormir no provoca sueños, solo pesadillas

Las quimeras son parte de la conciencia y los sueños se encargan de poner las cosas en su sitio y mostrar la fealdad y la decadencia de todo lo que no hemos cumplido o nos ha decepcionado.
Las densas imágenes a las que somos sometidos al dormir, en modo alguno llegan a ser buenos sueños. Son incomprensibles, absurdos...
Interesantes e hipnóticos los hijos de puta, porque me maravillo ante la miseria que mi subconsciente esconde.
Es mejor estar despierto para soñar lo que queremos y no lo que el subconsciente sabe y nos muestra cuando dormimos.
Una vez estamos despiertos, transformamos la decadencia de los sueños-pesadillas en imágenes de optimismo y felicidad en un ejercicio, para no variar, de cobardía y mediocridad.
Porque... ¿Quién desea verse a sí mismo como es en realidad?
Y así mentimos al mundo y a nosotros mismos, en otro acto más de estupidez.
En un ejercicio de cobardía, escribo sobre la mentira e idealizo la mierda para ocultar la decepcionante realidad de lo que sueño. No soy diferente a los vulgares, solo tengo algo de habilidad y mala leche con la palabra y conmigo mismo.
Prefiero ser malo que tonto.
El ridículo pesa, y los sueños lo hacen aún más insoportable.
Hoy no tengo sueño, no estoy de humor para eso.

No hay comentarios: