Desde luego, no puede hacer daño que una vieja gorda y fea que canta bien (la tal Susan Boyle), sople aires de esperanza en los corazones de los más desfavorecidos por el desarrollo intelectual.
Porque por muy idiotas que sean los que lloran ante la belleza que emana del interior de la fea, ¿no se creerán que es puro azar el que hayan encontrado semejantes monstruos en un concurso de la tele y los presentadores pusieran cara de haberse corrido al escucharlos, verdad?
También hicieron lo mismo con Paul Potts.
A mí es que se me suelta el vientre de la emoción.
Y no puedo evitar torcer la nariz por el olor a mierda; todos los montajes de analfabetos para analfabetos huelen así.
Qué obscenidad.
Envuelve mierda con colores llamativos y la venderás a precio de teléfono móvil con mp3 y pantalla táctil.
Casi que voy a comer hierba a ver si me purgo como mi perro.
Y luego la vendo en cajitas de cartón reciclado, muy rústicas y artesanas.
Divino.
Buen sexo.
Iconoclasta
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