domingo, 14 de diciembre de 2008

Estudiantes con personalidad

Yo, que inocente y cándido de mí pensaba que entre los estudiantes no habrían pobres seres de conciencia insectora y borreguil... (es mentira, lo sabía tan bien como el tamaño de mi pene).
Pues así es. Esta semana, por mera empatía animal, unos estudiantes (que sean estudiantes es algo que lo digo sin demasiada convicción) de Madrid y Barcelona, se han sentido envidiosos y se han liado a pedradas con la poli y con los comercios; y todo porque ningún poli griego ni español les ha pegado un tiro en la barriga.
Afortunadamente no son todos los estudiantes así de niños malos y en Salamanca, celebraban felices la nochevieja a principios de diciembre tan borrachuzos y en manada como es habitual.
Yo es que no puedo evitarlo; pero es que me parto el rabo de risa al pensar en la maravillosa mente libre que dan los estudios.
¿Y alguno de estos seres de marcada personalidad vacuna y rumiante será algún día médico o ingeniero? Incluso profesor...
Tic-tac-tic-tac-tic (mi cerebro buscando posibilidades para un futuro mejor y libre de idiotas sin poder encontrar respuesta).

Buen sexo.
Iconoclasta

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Misteriosa ésta entrada del blog. No se muy bien dónde están los acentos de ironía, si bien encuentro un guiño chistoso en calificar como "estudiantes" a los alegres antifas (se denominan a si mismos "antifascistas") que para protestar por la muerte de un griego en circunstancias poco claras, la emprenden a pedradas principalmente contra escaparates de pequeños comercios y se ensañan con un kiosko de cupones de los ciegos en Madrid. Por suerte para sí mismo y desgracia para la heróica lucha social, el ciego ya había terminado su jornada laboral. Y total, como no ve, al día siguiente probablemente no se enterase de que su puesto de trabajo había sido transmutado en churrasco por los defensores de los parias de la tierra. Defensores, pero sólo eso, no nos confundamos. Tanto en la capital del Imperi como en la capital de España los antifas suelen nutrirse de gudaris con pañoleta palestina que acostumbran a ejercer la lucha de clases y la agitación social de día, pero pernoctan en casa de papá, normalmente en Pedralbes o el barrio de Salamanca. Hace unos meses también se podían encontrar especímenes de antifas salidos del lumpen suburbial manresano o mostoleño, hechos a si mismos desde los sueldos sobreinflados de la era dorada del ladrillo, la cultura de pastis, chonis y tuneo y el "facha bueno, facha muerto".


Lástima de crisis, que los condenó a la extinción por vía del desempleo. Bien mirado, el fachabuenofachamuertismo fué un gran invento malamente aprovechado por nuestros próceres: si hubiera ministros del Interior con un par bien puesto, hubieran organizado torneos multitudinarios entre skinheads y antifas en los grandes estadios de primera aprovechando los tres o cuatro domingos (existen, no los he visto pero creo en ellos) en que no hay fúmbol. Torneos sin reglas, a muerte, a cascaporro, para hombres de pelo en pecho, guardianes de los valores eternos de la civilizacion cristiana contra brigadas superenrrolladas de antifascistas borrokos. Y si no tienen pelo en pecho, da igual, que somos la hostia de modelnos y modelnas y también aquí la mujer debe estar representada, que hay que ver cómo nos pone ver a una skineta y una antifa (¿Por qué la belleza suele ser directamente proporcional a la burricie?) arrancandose los ojos, arañandose como gatas en celo y estrangulandose con la palestina. Molaría mazo que además se tirasen de los pelos, pero la estética radical no es muy generosa en cuanto a alegrías capilares, ni siquiera para ellas, y las rastas de las antifas y las patillas de las skinetas no resisten más de tres tirones bien dados, qué le vamos a hacer.


Creo, a pesar de todo, que hay estudiantes que estudian y no se aborregan en botellones ni en grupos de salvajes descerebrados de uno u otro signo. Son inteligentes, quizá por eso no la emprenden a palos y molotovs contra los kioskos de la ONCE. Son los discípulos espirituales de Voltaire, aquel irrepetible pillastre que financió su demoledora lucha social (para todo aquel que perdiera el tiempo en leer libros, claro) aprovechando un fallo de la lotería nacional británica. Voltaire si que sabía: la única forma sensata de atacar el sietema es aprovechar sus debilidades. Fué el primer hacker de la historia, 300 años antes de la invención de la computadora, ahí es nada.


Desengañémosnos, las barricadas y los adoquines son batallas del abuelo Cebolleta, no hay playas debajo del asfalto, achicharrar el kiosko a un discapacitado es repugnante. Al poder (con jota) le importa, principalmente, la pasta. Le duele y mucho. Y ¡Tonto de él! puso a disposición de los Voltaires del tercer milenio una pila de dinamita con detonador -como los del coyote y el correcaminos- a disposición de quien sepa usarlo, se llama Internet. La única herramienta, hoy por hoy, capaz de concienciar al populacho de su inmenso poder: el poder de decir NO.


Y si no es tal arma, si no tiene tal poder, al menos da una cierta tranquilidad a los discapacitados que se ganan honradamente el pan vendiendo cinco iguales para hoy.


Pero lo que más me inquieta de ésta entrada es la foto que la ilustra. ¿Por qué la estudiante que sale a la derecha de la foto es blanca y las demás son orientales? ¿La conjura amarilla ha extendido sus siniestros tentáculos hasta las alegres estudiantes botelloneras? ¿Eh? Escalofríos que me dan de pensarlo.

Iconoclasta dijo...

Pues sí señor, eres toda una fuente de inspiración y de felices ideas; eficaces y ensoñadoras.
Un circo romano con esos descerebrados de antifas y skins.
Ya estoy divagando y meciéndome en un sopor de escenas brutales.
Como leones no hay y estarán protegidos, que les den porras con pincho metálico a los polis para acabar de aliñar la ensalada de hostias.
Los estudiantes que estudian no tienen porque ser noticia, igual que el currante que curra.
Así que doy por hecho que los hay que con Voltaire flipan de la forma más inteligente.
Y las orientales de la foto (de la web de Telecinco) supongo que deben ser las representantes de los bazares de cosas baratas e inservibles. Todo tien su cabida en un botellón multirracial y los tontos, como antes en los pueblos, ahora campan a sus anchas por los campus.
Encantado de leerte, Ben Levi. Acertadísimo como siempre.
Buen sexo.