El Museo de Zoología de Barcelona guarda el encanto y el entusiasmo de una era de descubrimientos y conocimiento del planeta.
Y se respira también, cierta tristeza ante todos esos animales vacíos. Dan un poco de pena todos esos seres condenados a no poder cerrar los ojos jamás.
Y aún así, sigue imperando en cada vitrina el amor por la naturaleza y el planeta. Son cosas que se notan.
Eran otros tiempos, otras inquietudes.
Y se respira también, cierta tristeza ante todos esos animales vacíos. Dan un poco de pena todos esos seres condenados a no poder cerrar los ojos jamás.
Y aún así, sigue imperando en cada vitrina el amor por la naturaleza y el planeta. Son cosas que se notan.
Eran otros tiempos, otras inquietudes.
Entrañable.
Buen sexo.
Iconoclasta
Iconoclasta
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